Psicoblogueando

Blog sobre psicología y psicoterapia.

Las mujeres que aman demasiado

"Cuando estar enamorada significa sufrir, estamos amando demasiado.
Cuando la mayoría de nuestras conversaciones con amigas íntimas son acerca de él, de sus problemas, sus ideas, sus sentimientos, y cuando casi todas nuestras frases comienzan con "él...", estamos amando demasiado.

Cuando disculpamos su mal humor, su mal carácter, su indiferencia o sus desaires como problemas debidos a una niñez infeliz y tratamos de convertirnos en su psicoterapeuta, estamos amando demasiado.
Cuando leemos un libro de autoayuda y subrayamos todos los pasajes que lo ayudarían a él, estamos amando demasiado.

Cuando no nos gustan muchas de sus conductas, valores y características básicas, pero las soportamos con la idea de que, si tan sólo fuéramos lo suficientemente atractivas y cariñosas, él querría cambiar por nosotras, estamos amando demasiado.

Cuando nuestra relación perjudica nuestro bienestar emocional e incluso, quizá, nuestra salud e integridad física, sin duda estamos amando demasiado."
 
Este es el prólogo del best-seller de Robin Norwood, "Las mujeres que aman demasiado" aunque no es exclusivo para mujeres, ya que también exiten hombres que aman demasiado, y este libro está igualmente indicado para ellos.
 
Nuestra cultura otorga una visión romántica al sufrimiento por amor y a la adicción a una relación, podemos verlo y escucharlo cada día en canciones, literatura y en telenovelas.
 
Amar demasiado no sifnifica amar a demasiadas personas, ni enamorarse con demasiada frecuencia, ni sentir un amor genuino demasiado profundo por otro ser. En verdad, significa obsesionarse con una persona y llamar a esa obsesión "amor", permitiendo que esta controle nuestras emociones y gran parte de nuestra conducta y, si bien comprendemos que ejerce una influencia negativa sobre nuestra salud y nuestro bienestar, nos sentimos incapaces de librarnos de ella. Significa medir nuestro amor por la profundidad de nuestro tormento.
 
¿Qué hacer en estos casos?
 
Lo primero es darse cuenta de que se tiene este problema, ya que en estos casos, la negación es una práctica habitual. El segundo paso consiste en buscar ayuda, preferiblemente un psicoterapeuta, con el que poder trabajar los sentimientos, pensamientos y experiencias que han derivado en esta forma de entender el amor. Por último, adquirir el compromiso de que recuperarse será una prioridad en su vida, y ser consciente de que será un proceso largo y que conlleva mucho esfuerzo.
 
La verdadera aceptación de una persona tal como es, sin tratar de cambiarla mediante la manipulación o la coacción, es una forma muy elevada del amor y, para la mayoría de nosotros, resulta muy difícil de practicar. En el fondo de todos nuestros esfuerzos para cambiar a alguien hay un motivo básicamente egoísta, una creencia de que a través de ese cambio seremos felices. No hay nada malo en desear ser felices, pero colocar la fuente de esa felicidad fuera de nosotros mismos, en las manos de otra persona, significa que evitamos nuestra capacidad y nuestra responsabilidad de modificar nuestra propia vida para bien.