Psicoblogueando

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El efecto Mozart

La música como un remedio terapéutico no es nada nuevo, hace años que se vienen estudiando y analizando los poderes curativos de los sonidos melódicos.
Mozart fue un gran músico, compositor y concertista…y además fue el primero en introducir el término “musicoterapia” ya que sus piezas musicales son medicinales, tanto para el cuerpo como para el espíritu, lo que hoy en día se conoce como “El efecto Mozart”
En 1993, el neurobiólogo Gordon Shaw de la universidad de California (EEUU) llevó a cabo una investigación para confirmar su hipótesis de que los patrones musicales podrían estimular el cerebro y desencadenar la actividad de un conjunto de células nerviosas. En concreto, que la música mozartiana ejerce una labor a nivel inconsciente que favorece el progreso de la creatividad en el lado derecho del cerebro, al que se le relaciona con el razonamiento espacio-temporal.
Para ello seleccionó 36 estudiantes universitarios y los dividió en 3 grupos. El primer grupo escuchó durante 15 minutos la Sonata para dos pianos en re mayor (K448) de Mozart, el segundo grupo escuchó el mismo tiempo una cinta de relajación y el tercer grupo estuvo en silencio durante15 minutos. Inmediatamente después los estudiantes realizaron un test para evaluar su razonamiento espacio-temporal. Las puntuaciones resultaron ser de 8 a 9 puntos superiores en aquel grupo que había escuchado a Mozart, frente al resto de los grupos experimentales.
En EEUU se realizó otro estudio en el que un grupo de niños que sufrían ataques epilépticos, tras escuchar trozos de dicha sonata (K448) disminuyeron las posibilidades de sufrir estos ataques. Las zonas afectadas parecían reaccionar a la música de Mozart.
Se calcula que escuchar 10 minutos de las melodías de este compositor es suficiente para que ejerza su efecto terapéutico en personas, animales o plantas. No todas las piezas musicales del austriaco tienen el mismo efecto, y parece que actúan de forma directa en ciertas zonas de nuestro cerebro para conseguir estados de bienestar, pero cada composición parece ejercer su influjo sobre dolencias concretas, como veremos a continuación.
La pequeña serenata nocturna; también conocida como "Serenata Nº13 en sol mayor", disminuye la hipertensión.
- La sinfonía nº 36 , combate la ansiedad. En esta pieza se pueden apreciar cambios de ritmo muy notables y necesarios para el tratamiento de la ansiedad.
- La marcha turca es indicada para la esclerosis y la colitis.
- La obertura de la flauta mágica mejora los efectos y dolores de las embolias, el enfisema pulmonar, la menopausia, los problemas de ovarios, los eccemas y los problemas de piel en general.
- La sinfonía nº 41, también llamada "Júpiter", según los análisis de los científicos, las vibraciones de esta composición tienen efectos positivos en los problemas de hígado, de páncreas y en el lumbago.
La acción de la música es una eficaz terapia que actúa sobre el sistema nervioso y en las crisis emocionales, aumentando o disminuyendo las secreciones glandulares, y activando o inhibiendo la circulación de la sangre y por tanto, regulando la tensión arterial.
Sin embargo, ¿por qué estos efectos curativos se aprecian más notablemente en la música de Mozart y no en la música clásica en general?
Los estudiosos señalan dos motivos fundamentales:
1) La juventud que tenía Mozart cuando escribió sus primeras obras, le imprimió una estructura a su música muy vivaracha y especial.
2) Mozart tuvo una vida prenatal excepcional, ya que fue un niño muy deseado. Además, tuvo un entorno familiar y musical impresionante y era un niño que había nacido con sobredotación de cualidades para ser un buen compositor. Todo esto le facilitó crear una música que es perfecta para el equilibrio humano.
Como anécdota, cabe señalar que el actor Depardieu asegura que Mozart curó la tartamudez de su hijo, al escuchar éste determinadas partituras. Y es que la música es lenguaje y por tanto, ordena el lenguaje.
Podríamos concluir que la música de Mozart pone orden en nuestro organismo y armoniza nuestro cuerpo con el espíritu. Quizás fue esta magia de su música lo que le evitó morir en su infancia de las múltiples enfermedades que padeció y lo que le dotó de una energía sobrehumana para seguir componiendo aún moribundo.

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